La semana pasada se celebró el día del libro, sin lugar a duda, uno de los más especiales para mí. Leer es viajar a otro mundo más maravilloso, es evadirse a un paraíso único, es conocer a personas y personajes fascinantes, es aprender sin esfuerzo, sin lugar a dudas es impresionante. Gracias a las páginas que he recorrido en los libros he soñado despierta, me gusta leer siempre que puedo, poco importa que sean los libros sean considerados buenos o malos si para mí tienen duende no hay hechizo más mágico que los que ejercen sobre mí.
Aprovechando que este día es mágico se celebró como año tras años la entrega del premio Cervantes que este año ha recibido el escritor Juan Goytosolo, considerado el narrador más importante de la generación de medio siglo, su obra abarca novelas, libros de cuentos y de viajes, ensayos y poesía. Si queréis podéis ver su discurso íntegro en el siguiente enlace: http://www.rtve.es/alacarta/videos/premio-cervantes/discurso-integro-juan-goytisolo-premio-cervantes-2014/3103044/
Volvemos al protagonista indiscutible del 23 de abril, el libro. La celebración de este día tiene su origen varios años atrás, ya que el maestro de la literatura española, Miguel de Cervantes, era enterrado. El padre de nuestro maravilloso Don Quijote de la Mancha aventurero de una imaginación incalculable. Ha marcado a muchísimas generaciones españolas o extranjeras gracias a su esencia peculiar y única. En sus páginas se pueden disfrutar de maravillosas historias. Ha sido inspiración de series, películas, novelas o teatros pero no hay mejor adaptación que las de nuestra mente.
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