martes, 1 de abril de 2014

MAÑANA ES EL DÍA DE LA VERDAD

   Mañana, 2 de abril, es un día sin duda importante en mi vida. Doy mi primera clase de ELE a dos grupos de italianos. Espero que todo salga bien y evite caer en aquellos errores que tanto critiqué en los profesores cuando fui alumna. Ya he recibido algunos consejos que voy a tener muy cuenta, ojalá me lleven a conseguir un buen resultado y me libren de ser eternamente condenada en las llamas del  Hades.

   El domingo preparé mis clases y me di cuenta de que en contra de lo que muchos piensan la vida del profesor es muy dura, o quizá tan solo la vida del que intenta ser un buen profesor y un gran profesional; aquel que busca la motivación, interés y participación de sus alumnos. Espero que el esfuerzo tenga una recompensa y yo me sentiría enormemente satisfecha si causara una grata impresión entre mis estudiantes.

   Mientras preparaba las clases me sentí perdida, ningún manual me ayudaba para hacer una clase de calidad, tuve que buscar en inmensas páginas de internet y en lo más recóndito de mi mente para hallar un resultado que me convenciera.

   Tras tantas horas de búsqueda y una vez hechas las clases supe que aunque el camino a recorrer sea duro y en él encuentre constantes obstáculos, confirmé que he tomado la dirección acertada: la de profesora de español.

   "Educar es lo mismo que poner un motor a una barca, hay que medir, pensar, equilibrar y poner todo en marcha. Para eso, uno tiene que llevar en el alma un poco de marino, un poco de pirata, un poco de poeta y un kilo y medio de paciencia concentrada. Pero es consolador soñar, mientras uno trabaja, que esa barca, ese niño irá muy lejos por el agua. Soñar que ese navío llevará nuestra carga de palabras hacia puertos distantes hacia islas lejanas." (G.Celaya)

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